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Joaquín con unas vacas

“Yo me acuerdo de Joaquín cuando venía de su casa en la bicicleta. Mi relación con él se estrechó gracias al teatro” (Emilio).

“Mi querido gran amigo, que tantas cosas hemos vivido, eras un luchador desde bien jovencito. Has sido cada día mejor persona. Destaco tu compañerismo, lo bueno que eras en Boccia, y también en el teatro, en los Talleres de Expresión Plástica, entre otras actividades. Te echo mucho de menos” (Marisela).

“Se nos ha ido el campeón de España de Boccia. A veces era muy bromista. Aún tengo su imagen delante de mí. No se me va de la cabeza” (María Teresa).

“Nunca lo voy a olvidar. Ha dejado un gran hueco en las cenas y los fines de semana (se sentaba delante de mí en el comedor). No lo puedo superar. Y aunque sé que algún otro compañero ocupará su sitio algún día, siempre faltará Joaquín” (Dori).

“Yo también recuerdo cuando venía al Maset en bici, y tampoco me lo quito de la cabeza” (Josefa).

“No es el cuerpo, ni el físico, ni el nivel académico, ni, mucho menos, la facilidad de socializarse o de comunicarse, los atributos que realzan y dignifican la esencia humana, sino la actitud desinteresada, genuina, comprometida y, también, pintoresca, que se mantiene inamovible en las diversas circunstancias de la vida.

Así eras, Joaquín: tan humano, tan desinteresado, tan genuino, tan comprometido a tu Boccia y tan pintoresco en tus peculiares facetas de hacer reír, llorar y enfadar, lo que te hacía único e incomparable.

P.D.: te recordaré por toda la eternidad” (Keyla).

“Para mí Joaquín, al principio, cuando lo conocí, vi en él que era un gran campeón en la boccia, y era también un gran artista de teatro; pero para mí no era campeón de nada, sino que era un campeón de la vida que había luchado desde pequeño con la misma enfermedad que yo llevo en mi cuerpo; y supo aprovechar la vida, a pesar de las dificultades que le había puesto desde su infancia. Siempre lo llevaré en el corazón” (Víctor).

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