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Paseando por la Vía Verde

“No me esperaba que hubiera tanta gente disfrutando de la Vía Verde. Recuerdo especialmente las vistas privilegiadas del mar Mediterráneo desde los miradores y un poco de historia que nos explicó el ‘guía’ del Maset. El espacio del bocadillo a la sombra de los pinos fue muy agradable por la fraternidad que hubo” (Santos).

“Salimos hacia la Vía Verde desde Benicàssim. Recorrimos un poco menos de la mitad, unos dos kilómetros. Luego de comer nos fuimos a la terraza del hotel Voramar a tomar un café/helado. Yo me pedí un café irlandés. Bea me dijo que era más fuerte que el de la máquina del Maset, aunque no le hice caso y lo pedí. La presentación fue muy buena, pues me lo sacaron en una copa de cristal, pero Bea tenía razón: era bastante más fuerte y se me subió a la cabeza, nublándome la vista” (Emilio).

“Me gustó mucho el ambiente que había en nuestro grupo y el paisaje (la playa, los acantilados…). Era la primera vez que iba, tanto a la Vía Verde como al Voramar” (Miguel).

“La Vía Verde, donde antiguamente pasaba el ferrocarril Valencia-Barcelona, ahora es un espacio de disfrute de todos los ciudadanos. Ciertamente, pasé una mañana con mi pareja, mis compañeros y monitores del Maset. Para mí, es un lugar ya conocido hace muchos años ya que parte de mi juventud la he pasado en Benicàssim y soy conocedor de la historia de la zona del Voramar y de su pueblo. Aparcamos cerca del Mirador de los Cañones, donde existe un merendero y un parking para los vehículos que van a la Vía Verde y al Palasiet. Nada más llegar tomamos un zumo y un tentempié. Luego empezamos la ruta. Continuamos por el camino hasta llegar a ‘Les Platgetes de Bellver’, a su mirador. Continuamos hacia el antiguo túnel hasta llegar al mirador de la platja de la Renegà, donde se divisa la Torre de la Cordà. Era ya el kilómetro 2. Al volver, se giró mucho viento. Al llegar otra vez al Mirador de los Cañones calmó. Cominos en el merendero y luego fuimos a tomar un café al hotel Voramar. Por cierto, muy buen café. Luego ya regresamos al Maset” (Víctor).

“Lo pasé muy bien. Era la primera vez que acudía a la Vía Verde y al Voramar. El paseo es muy bonito. Comimos en unos bancos y luego fuimos a tomar algo al Voramar” (Dori).

“Yo me pensaba que había cambiado un poco desde la última excursión hace unos quince años, pero no vi ningún cambio, excepto el Centro de Interpretación del Mediterráneo que están construyendo junto a la Renegà. José Miguel y yo teníamos ganas de volver a hacer esta excursión porque la otra vez me gustó mucho” (María Teresa).

“Me gustó mucho la excursión, especialmente las vistas del mar que hay a lo largo de la Vía Verde” (Vero).

“El día que fui yo, hacía mucho viento. Me gustó mucho; no había estado nunca ni en la Vía Verde ni en el Voramar. Recuerdo lo bonitas que son algunas de las villas de ‘Les Platgetes’ que pueden verse desde la Vía Verde. A pesar del viento, que duró solo un rato, hizo buena temperatura” (Manuel).     

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