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Gota de agua

Ha ido pasando el tiempo. Viviendo y contagiando los valores de la Fraternidad se han ido llenando y consumiendo nuestros días y nuestros años. Momentos y experiencias de ayer que han ido gestando los proyectos de hoy y alimentando las amistades de siempre. Tiempo dinámico y esperanzado que sigue en marcha.

Este cuaderno que presentamos seguidamente, recoge algunos de los acontecimientos más significativos y, sobre todo, muchos nombres propios, personas y equipos, que se han ido sumando por el camino. Voluntades que caminan unidas, compartiendo la hermosa historia de la Fraternidad y la apasionante aventura del Maset de Frater.

Es imposible reunir en estas páginas tanta vida, tantos proyectos y actividades. Pero quizá sí sirvan, para disponer de una perspectiva amplia de lo mucho y bueno que hemos compartido todos estos años, como personas, fraternos y como amigos. De lo mucho que somos capaces de alcanzar cuando sumamos nuestra fe en Dios, nuestra confianza en las personas y nuestra voluntad firme de servir a los demás.

Para muchos de nosotros, Frater ha sido la experiencia amiga en la que aprendimos a despertar, a salir del aislamiento, convivir con la discapacidad, luchar por lo que creemos, pedir lo que merecemos, y vivir el servicio a los demás. Ha sido, y sigue siendo el lugar de encuentro que nos acoge siempre, en los buenos momentos y en los momentos difíciles. Para otros la Frater ha sido la compañera con la que caminaron unos años de su vida y que recordarán siempre. Para otros es todavía una experiencia que apenas acaban de conocer.

Unidos a otras asociaciones y colectivos, colaborando con las instituciones públicas y privadas, seguiremos comprometidos en la promoción personal y la participación activa de las personas con discapacidad. Seguiremos creyendo en la posibilidad de un mundo más justo y solidario donde ningún ser humano habite en él en calidad de asistido ni dependiente. Un mundo donde las personas con discapacidad conquisten, finalmente la mayor autonomía personal y la plena incorporación en la sociedad.

Desde siempre, un dato significativo de nuestra presencia y actuación en el mundo de la discapacidad lo constituye el hecho de que a Frater se van uniendo las personas con discapacidad que no tienen cabida en otras asociaciones debido a la extrema reducción de su movilidad. A Frater van llegando las personas más limitadas, las más dependientes dentro del colectivo. Esta realidad se ha convertido, paradójicamente, en la grandeza de nuestra Fraternidad y en un apasionante reto para el futuro más próximo.

Frater ha apostado por la persona. Mejor, hemos apostado por personas concretas, con nombres y apellidos que viven acompañados por la fragilidad corporal. Sin duda la mejor apuesta. Sin duda seguiremos apostando por ellas.

Convencidos de que nuestras capacidades, son siempre mayores que las limitaciones.

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