El penúltimo día del mes de noviembre Tino Pons presentó en el pabellón del Maset…
“El 10 de noviembre se celebraron en el Maset los 40 años de su fundación como centro en Castellón. Los inicios fueron en los apartamentos ‘Azulmar’ de Benicàssim en la playa del Heliópolis (cuando aún no era el Maset). Estábamos convocados a las 11 de la mañana. Yo llegué puntual y empecé a saludar a todos los compañeros y familiares. Como solo llevo seis años aquí, a algunos ya los conocía, pero a otros los conocí ese día.
A las 12:30 ya estábamos todos en las mesas asignadas del pabellón. En el escenario había una gran pantalla y unos micrófonos: en la pantalla empezaron a salir fotos de estos cuarenta años y algún vídeo de usuarios y trabajadores. Como moderador estaba David Carreres, que fue pasando el testigo a algunos de los protagonistas de estas cuatro décadas: Ana Mari Pons, Rosana Vilar, Betina Crespo, Alicia Cucala, Mario Brancal, Maite Marzal, José María Marín, Rosa Gual, Pepa Vaquer, Miguel Ángel Sánchez, Inma Serrano, Joel Monleón, Marta Cucala, Sonia Salvador… También intervino Josep Maria Llucià, de Frater España (Girona). Almudena Gallego y Ximo Nebot hablaron sobre temas relacionados con la gestión del centro. Y un artista muy querido en esta tierra, el bohemio Ripollés, amante de la naturaleza y artista genial, se emocionó estando entre nosotros a sus 92 años.
Quedé muy impresionado porque me parecía estar en una gala de los Óscar con muchas personas queridas. Quiero dar las gracias a los representantes y directivos del centro que han luchado mucho durante cuatro décadas para que el Maset sea posible en la provincia de Castellón y, así, que las personas con discapacidad tengamos donde ir sin estar perdidos en ciudades y pueblos. Nuestras familias están muy agradecidas” (Víctor Valls).
“A mí me gustó escuchar los recuerdos tan especiales que tiene toda la gente que lleva muchos años en el Maset. Para mí esto es un regalo. Y disfruté estando junto a los que llevan mucho más tiempo que yo” (Miguel Andrés).
“Yo, que llevo en la Frater desde 1988, nunca había visto tanta gente en un solo día: éramos unas trescientas personas. Me gustó mucho la comida (parecía la de una boda, con regalo de tortuga de cerámica incluido) y el ambiente muy acogedor de una gran familia que se creó en el pabellón” (Emilio Martínez).
“Yo me quedo con las palabras de Pepa Vaquer, Rosa Gual y José María Marín. Pepa, por ejemplo, dijo que para ella la Frater era como su familia. También me gustaría destacar lo bonitas que han quedado las tortugas de cerámica. Por último, quiero recordar al fundador de la Fraternidad, el padre François, que puso la primera semilla” (María Teresa Alemany).