"Lluna y Borja, nuestros entrenadores en la boccia, nos han sorprendido con una diana (superficie…

El viernes 19 de septiembre algunos actores de la Companyia Teatre Maset de Frater (Lluna, Keyla, Miguel Ángel Sánchez, Cristina y Fran) y su director, Tino Pons, acudieron al Centro Penitenciario de Albocàsser para representar la performance “Cuatro vidas, cuatro historias”. Dos semanas después, algunos internos y trabajadores de dicho centro nos devolvieron la visita.
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“Después de pasar unas estrictas medidas de seguridad llegamos por fin al escenario del salón de actos del centro penitenciario donde íbamos a actuar. Algunos actores ya habíamos estado allí; otros no. El salón de actos, con capacidad para doscientas cincuenta personas, estaba casi lleno. Los internos estuvieron muy atentos. Tras la actuación se creó un clima de gran familiaridad y respeto: cada uno de nosotros nos presentamos y explicamos nuestra microhistoria; ellos luego mostraron abiertamente sus sentimientos. Por último, nos enseñaron algunas zonas comunes de ocio y tiempo libre y nos fuimos a comer con nuestra amiga Mireia Pepiol a uno de los salones donde dan clase (tortillas, empanadillas, patatas fritas… todo muy rico)” (Keyla León y Miguel Ángel Sánchez).
“El martes 30 de septiembre nos devolvieron la visita algunos internos y trabajadores del centro penitenciario. Algunos componentes de la Companyia Teatre Maset de Frater nos juntamos con ellos en el pabellón para hacer dinámicas (hicimos un círculo grande entre todos). Lluna, Cristina y Tino nos iban explicando las dinámicas que íbamos realizando: nos fuimos presentando mientras nos lanzábamos una pelota imaginaria (otras dinámicas eran con un espejo, moldeando figuras, etc.). Luego almorzamos todos juntos (nos obsequiaron con pulseras que ellos mismos realizan). Hicimos después cinco grupos escultóricos en los que se mostraron distintas emociones (sorpresa, alegría, sentirse libres…). Al final, volvimos a ponernos en círculo, pusimos todos en un papelito lo que habíamos sentido y los guardamos en el cofre de las emociones. Uno de los internos los leyó todos. Aparte del teatro, les dejamos una guitarra y nos cantaron unas canciones. También escucharon las explicaciones que Lluna les hizo sobre la boccia y visitaron los Talleres de Expresión Plástica y el gimnasio” (Víctor Valls).
