Desde el pasado 8 de marzo en el taller de literatura estamos disfrutando con la poesía de “las sin sombrero”, escritoras, poetas, dramaturgas contemporáneas de los grandes poetas de la generación del 27. Pero casi desconocidas para nosotros aquí en España, porque tuvieron que exiliarse tras la guerra civil, y aunque siguieron escribiendo en otros países de Latinoamérica no nos ha llegado casi nada de su magnífica obra.
Queremos compartir con vosotros algunas de sus poesías:
La patinadora
Danzarina de las nieves.
De los vientos mariposa.
Sobre una mar de blancor
vuela la patinadora,
y desciende las vertientes
como el claror de la Aurora.
El rumor de las alturas,
el rumor de las corrientes,
lleva en su falda plisada
hecha ritmos, hecha pliegues.
Vuela la patinadora
descendiendo las vertientes;
mariposa de los vientos,
danzarina de las nieves.
Concha Méndez
NADADORA
Mis brazos:
los remos.
La quilla:
mi cuerpo.
Timón:
mi pensamiento.
Si fuera sirena,
mis cantos
serían mis versos.
Concha Méndez
***
Mis amigos de entonces,
aquellos que leíais mis versos
y escuchabais mi música:
Luis, Jorge, Rafael,
Manuel, Gustavo…
¡Y tantos otros ya perdidos!
Enrique, Pedro, Juan,
Emilio, Federico…,
¿por qué este hueco entre las dos mitades?
Vosotros ayudasteis
a la blandura del que fue mi nido.
Yo me formé al calor
que con vuestras palabras me envolvía.
Me hicisteis importante.
Con vuestro ejemplo,
me inventé una ambición
y tuve
vuelos insospechados de gaviota.
Gaviota, sí,
porque fue el mar mi espejo
y reflejó mi infancia, mis setiembres.
¡Amigos que de mí hicisteis nombre!
A la mitad vertiente de mi vida
hoy os llamo.
¡Tendedme vuestras manos!
Yo me sentí nacer,
para luego rozar de los cimientos
la certera caricia.
Pero de pronto,
un día me cubrió lo indefendible,
algo sin cuerpo, sin olor, sin música…,
y me sentí empujada,
cubierta de ceniza,
borrada con olvido.
¿Dónde estabais vosotros, compañeros,
vuestras letras de molde, vuestro ingenio,
vuestra defensa
contra el desconocido ataque?
¡Oh, amigos!
Enrique, Pedro, Juan,
Emilio, Federico…,
nombres
que no responderán mi voz.
Manuel, Gustavo,
lejos…
Luis, Jorge, Rafael…
Que aunque el afán
vientos nos dé para encontrarnos,
ignoro en qué ciudad
y si llegará el día
en que vuelva a sentirme descubierta.
Josefina de la Torre
En este poema, que abre el poemario Medida del tiempo, se dirige a sus compañeros de la Generación del 27 a los que llama por su nombre y les reprocha su silencio y su olvido, después de haber sido sus maestros y guías.
***
“La tarde tiene sueño
y se acuesta en las copas de los árboles.
Se le apagan los ojos
de mirar a la calle
donde el día ha colgado sus horas
incansable.
La tarde tiene sueño
y se duerme mecida por los árboles.
El viento se la lleva
oscilando su sueño en el aire.”
Josefina de la Torre
***
Ernestina de Champourcín
Amor de cada instante…
Amor de cada instante…
duro amor sin delicias: cadena, cruz, cilicio,
gloria ausente, esperada,
gozo y tortura a un tiempo;
realidad de los siglos, gracias por ser y estar
en el nunca y el siempre.
Pues mi ejercicio, ahora, es amarte en la ausencia
y aferrarme a esta nada porque también es tuya
y beber ese polvo de soledad y vacío
que es Tu don del momento y Tu clara promesa.
Y por eso me obstino contra lo más cercano,
huyendo de lo fácil -metal a flor de agua-,
y si acepto por Ti lo que todos entienden,
por Ti también me acojo a lo que nadie sabe.
Y así voy caminando por este desconcierto
oscuro y luminoso, por este amor amargo,
veteado de gloria…
***
Estás
Y estás: en el vacío
y en la ausencia presente,
en la que es y vive
sin dejar de ser única
oquedad invisible
con raíces eternas.
No hay mundo que la llene
pero sí algo vivo
que la besa y la calma.
Hemos querido compartir con vosotros/as algunos poemas de estas grandes “Sin sombrero”, esperamos que os hayan gustado como a nosotras, y sigáis buscando, conociendo y leyendo a otras de estas grandes poetas, escritoras.
Literatura Residencia
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