Sobre el año 1995 fue cuando se dio a conocer la boccia en el Maset, gracias a una chica llamada Sonia que inicio el deporte.
Cuando empezamos a jugar teníamos un material prehistórico comparado con el de la actualidad.
Las primeras canaletas estaban hechas con cilindros de cartón abiertos por la mitad. No tenían pie, ningún sistema de frenado de bolas, etc. Con este material, no íbamos a competir fuera del Maset.
Pasó un tiempo y este deporte cogió fuerza, hasta el punto de que los voluntarios de aquella época, encargados de llevar este apartado, nos plantearon participar en la Liga Autonómica Valenciana de boccia. Les dijimos que sí, entonces, se enteraron que había un curso de construcción de canaletas y fueron a hacerlo.
Las que hicieron eran de PVC. Cogieron una tubería de ese material, la abrieron por la mitad, y por allí íbamos a poder tirar las bolas. Estas rampas ya llegaban desde la barbilla del jugador al suelo. En principio, no tenían ningún sistema de frenado de bolas, pero pasó un tiempo y las mejoraron; les pusieron una especie de lengüeta del mismo material en la punta, que tocaba en el piso Y se podía subir y bajar. Con este método ya podíamos frenar las pelotas. Cuanto más alta estaba dicha lengüeta menos corrían las bolas o, al revés, si se iba bajando más lejos llegaban. Después nos obligaron a cambiar de bolas. Eran mucho más duras y el sistema de frenado de la canaleta se tuvo que cambiar, ya que no frenaba suficiente y las bolas se iban fuera del campo. El nuevo método consistía en un tubo de un palmo de largo, dentro del cual había unas tiras de espuma, estratégicamente pegadas, para que cuando entraran las pelotas, se pararan durante un segundo y siguieran rodando sin tocarlas.
A ese tubo los deportistas lo colocábamos, con la ayuda de los auxiliares, a la altura que queríamos de la canaleta. Cuanto más bajo, corrían menos y se quedaban cerca o al revés, si este cilindro llamado freno lo situábamos alto, se iban lejos.
Estas rampas con los años volvieron a sufrir otra mejora, al ponerles un pie de madera en la parte de abajo y así servir para que lo pisaran los auxiliares. El objetivo era que no se moviera la canaleta una vez los deportistas la teníamos orientada hacia el lado que queríamos.
Competimos con ese material auxiliar hasta que volvieron a hacer un nuevo curso de construcción de canaletas.
Pasaron de ser de PVC y madera, a todas de madera. La base por donde se deslizaban las bolas era una tabla larga y estrecha. En cada lado se pegaba una tira de espuma para que no se salieran las bolas por los bordes. También, se puso un pie en la mitad de la rampa, a diferencia de la anterior que lo tenía en la parte de abajo. Antes de empezar a construirlas, a los deportistas nos median, sentados, desde la cabeza hasta el suelo para saber el largo y la altura del pie de las canaletas.
El freno era el mismo que en la canaleta anterior y el método para dejar las bolas a una distancia u otra, tampoco cambió.
A estas rampas, con el tiempo, las fueron mejorando mediante dos modificaciones.
• La primera fue una tabla alargada que colocaron en la parte de abajo de las rampas, casi tocando el suelo. Esa madera llegaba un poco más lejos de donde estaba el pie y cuando se apoyaba allí hacia que se levantaran las puntas de las canaletas. Así podíamos invadir el box del contrario sin pisarlo. Este método tan solo lo utilizábamos si queríamos apuntar muy escorado y debíamos traspasar el box del rival. Cuando no nos hacía falta gastar ese recurso, la madera estaba pegada con velcro en la cara de abajo de la rampa y así no molestaba.
• La segunda modificación fue que partieron en dos las canaletas para poder transportarlas mejor, ya que, debido a sus dimensiones, eran incómodas. Usamos estas canaletas bastantes temporadas e incluso fuimos a competir con la selección valenciana de boccia.
Llegó un día que modificaron el reglamento y prohibieron la utilización del freno. Fue entonces, cuando volvimos a cambiar de material auxiliar porque ya no podíamos frenar las bolas.
Esta vez, los voluntarios también fueron a un curso para aprender como se hacían las nuevas rampas.
Eran mucho más cortas y acabadas en curva. Tenían un pie extensor y de metal. Por la parte que se deslizaban las bolas, las barandillas estaban hechas con canaletas de pasar los cables de la luz pegadas.
El sistema de frenado de las pelotas consistía en la regulación de la pendiente de la canaleta, mediante la altura del pie.
A menor pendiente y mayor altura de la punta respecto al suelo, menor velocidad; por tanto, la pelota no llega lejos. Contrariamente, si se pone con mucha inclinación y la punta tocando el suelo, las bolas alcanzan el final del campo.
Con esta clase de canaletas empecé a usar el puntero para tirar las pelotas, ya que en las anteriores lo hacía con la barbilla. Así competimos bastantes temporadas.
Llegó una nueva etapa deportiva en mi vida porque en el Maset, durante unos años se dejó de ir a competir por falta de voluntarios; entonces, me puse a buscar club para seguir compitiendo. Encontré una asociación, Cocemfe Maestrat, que tenía un club de deporte adaptado incluyendo la boccia. Este club tenía una canaleta igual que la última descrita. Después de unas temporadas tuvimos que modernizarla.
• Era vieja e inestable.
• Los deportistas que luchaban por las medallas, estaban cambiando de tipo de rampa, porque se jugaba mejor, y nosotros no queríamos quedarnos atrás.
• Se estaba rompiendo decidimos hacer una nueva. Esta vez la hizo un carpintero. Le dijimos como la queríamos a través de fotos, medidas y que debería reutilizar el pie que estaba gastando.
Esta canaleta sería bastante distinta a las anteriores, ya que iba a ser construida con acoples. La rampa en sí, me llegaba a la altura de las rodillas. Esa parte era curvada para que las bolas salieran menos oblicuas al suelo y así no se desviaban tanto. Las paredes eran de madera y más altas que las anteriores.
Tenía tres acoples, dos iguales de largo y uno más corto. Dependiendo de la distancia a la cual quería lanzar, ponía el pequeño, uno largo, dos grandes, todos o ninguno… Ese era el nuevo método para frenar las bolas, combinado con la distancia de la punta de la canaleta respecto al suelo.
Pasó un tiempo y me aconsejaron que tirara siempre lo más pegado al piso posible. Entonces, copié un sistema que tenía el campeón de la liga para tirar las bolas. Ese método consistía en dos tiras de velcro pegadas en la base, junto a las paredes de la canaleta, por donde se deslizaban las pelotas. Por otro lado, también formaba parte de ese método una tabla pequeña y gorda. En la cara inferior llevaba velcro para que se pegara a las caras del mismo material que tenía la canaleta.
Los jugadores con la ayuda de los auxiliares, situábamos esta madera en la altura que queríamos de la canaleta; una vez adherida, ponían la bola apoyada en ese utensilio y nosotros la empujábamos para que rodara. Fue entonces, cuando cambié la forma de lanzar y pasé de aguantar las bolas a empujarlas.
Con esta canaleta competí bastantes temporadas y también le fuimos haciendo pequeñas modificaciones.
• Pusimos en las paredes goma eva para que fuera más estrecha y las pelotas no bajaran haciendo eses.
• Pintamos una flecha en la parte de abajo de la canaleta y así apuntaba mejor.
También la personalizamos. Le pusimos mi nombre y el del club, pintamos unas bolas de boccia, etc.
Usé esta rampa unos años hasta que se empezó a romper. Después de distintos arreglos, decidimos renovarla.
En esta ocasión nos la hizo un chico de Valencia que se dedica a construir canaletas. Sería algo diferente a la anterior, ya que las de alta competición estaban cambiando de modelo.
También debía tener tres acoples, dos iguales de largo, uno más corto y una diferencia con los viejos. Estos nuevos tendrían una estrecha abertura, por donde ruede la bola que no afectaría a la manera de caer y así, poder meter el puntero y empujarla.
Otra pequeña diferencia sería que la madera donde se aguantarían las bolas, tendría imán para pegarse a la canaleta o en los acoples.
La siguiente novedad sería una curva más pronunciada y así las bolas saldrían casi paralelas al suelo. También esta parte se podría dividir en dos para transportarla mejor.
El pie iba a tener dos modificaciones bastante importantes.
Hasta ahora esos pies eran fijos, es decir, cuando orientaba la canaleta se movía todo, pero con esta novedad iba a poder girar la rampa sin que la base se moviera. Así sería más cómodo, tanto para mí como para los auxiliares. También tendría dos tubos, uno dentro del otro, que llegaban del pie hasta casi la punta de la rampa, con la función de que se quedara a pocos milímetros del suelo. Con esta novedad no nos tendríamos que preocupar, si pisábamos el box del contrario porque nunca lo haríamos.
Estas han sido todas las canaletas que he gastado en mis etapas deportivas.
Sergio
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